En un hermoso bosque vivía Bongo, un oso de anteojos muy amable a quien le encantaba mantener su cueva limpia. Cierto día, Bongo salió a explorar el mundo más allá de los grandes árboles que lo rodeaban. La curiosidad por recorrer la inmensidad de la Cordillera de Los Andes, lo llevó hasta el Valle del Cauca, entrando por los lados de Pance y deteniéndose a disfrutar de su extenso río.

Luego siguió recorriendo la ciudad de Cali hasta llegar a la estatua de Sebastián de Belalcázar, y desde allí comenzó a observar toda la ciudad, logrando ver lugares como el Parque del Ingenio, el Parque de Versalles, el Monumento al Deporte, la Autopista Suroriental, la Avenida Tercera Norte, cuando de repente una gran trompeta ubicada en la Plazoleta Jairo Varela le llamó mucho la atención, a tal punto que decidió ir hasta allá.

A sus oídos, llegó un ritmo que hizo que su cuerpo empezara a bailar. Bongo se dejó llevar por aquellas notas musicales de una ciudad llena de alegría, colores y gente hermosa. Así fue como Bongo se enamoró de Cali y quiso seguir descubriendo otras bellezas naturales en los recorridos que realiza a diario como Pance, Navarro, Villacarmelo, La Buitrera y El Hormiguero, comprometiéndose a construir diariamente una ciudad ambientalmente amigable.

Ahora Bongo, junto a todos los Guardianes del Medio Ambiente, se encargan de mantener las calles, vías, parques y plazas limpias de residuos y desperdicios; promoviendo en las familias, la separación de residuos desde su hogar y transmitiendo a los caleños la importancia de sacar sus residuos en los días y horarios establecidos.

¡Únete a Bongo y a nuestros Guardianes del Medio Ambiente, para que entre todos construyamos un mejor planeta para todos!­